No tiene sentido la cantidad de condiciones que el usuario debe aceptar en productos en Internet

 

Volvía de Alicante a Madrid, giré en una salida de una ciudad intermedia para hacer una parada, dar un paseo, y comer. He olvidado mencionar que me acompañaba mi familia. 

Encontré un hueco para aparcar, el parkímetro en la calle no admitía efectivo, ni tarjetas de crédito. El ayuntamiento local se ha vendido a una aplicación. Para poder aparcar es necesario:

  1. Poseer un móvil
  2. Tener acceso a Internet (es decir no podría ser un extranjero con un teléfono sin conexión)
  3. Descargar la aplicación
  4. Hacer el alta en la aplicación
  5. Añadir una tarjeta en la aplicación 
  6. Hacer una compra previa
El punto 7 y 8 supongo que es algo así como ir a comer, dar un paseo y volver. Lo que pasa es que para entonces ya no tengo tiempo y es hora de volver al camino. 

Os invito a ver el vídeo adjunto. ¿Cuando se leen estas condiciones? más importante aún ¿Qué pasa si no me gusta alguna o no estoy de acuerdo? 

imagen de una ventana con términos y condiciones

 Quiero dejar por escrito que me parece bien que los dueños de una palicación puedan escribir los términos que consideren, siempre que sea legal. La clave está en que la aplicación no debería ser obligada, ahí si objeto.

Pero me parece de muy mal gusto que para aparcar en la calle, se obligue una aplicación.

¿El alcalde hab´ra leído todos esos términos y condiciones?


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