Piénsalo un minuto, qué viejos y qué antiguos se han quedado los Currículos Vitae (CV). Definitivamente algo del siglo pasado.
Creo que la expresión “el papel lo aguanta todo” se acuñó para los famosos CV cuando en un proyecto en el que participaron 3 luego aparecía escrito en el CV de 10 personas que ni se conocieron. A mis manos ha llegado muchas veces un CV en el que su dueño ha escrito que estuvo en una empresa, o un proyecto en el que yo mismo estuve, pero del que no lo recuerdo. Y la historia continúa.
La llegada de Internet ya podría ir acabando con esto, y principalmente con la ayuda de una red como LinkedIn que es capaz de contener todo lo que se espera de un CV en condiciones:
Contenido | Validación | |
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Es muchísimo más seguro para el futuro empleador ver el perfil público de una persona que pedir una hoja de papel. Algunas veces cuando un empleado deja la empresa que dirijo me pide una carta de recomendación, nada más antiguo, es casi como una carta secreta entre el ex-empleado, y algún técnico de Recursos Humanos de alguna empresa donde se proponga como colaborador; si me haces contacto en LinkedIn te lo escribo en público, donde lo vea todo el mundo, y por supuesto donde menos puedo mentir.
No perdamos la oportunidad. Si asistes a un curso haz contactos a los compañeros de LinkedIn, si trabajas en un proyecto reconoce el trabajo de tus compañeros y pide que ellos hagan lo mismo. En el trabajo después de un año pide a tu jefe una evaluación y si no es buena mejórala, y si es buena no pierdas la oportunidad de pedirle que te la escriba en público.
Si vamos a vivir en este siglo, vivamos con las reglas de la nueva era.