La Teoría del "Picoteo"
Es muy fácil hacer consultoría. Es muy fácil hacer formación. Es muy fácil hacer una auditoría. Es muy fácil hacer software. Es muy fácil ganar un cliente. Es muy fácil tener una gran idea. PERO, es difícil mantenerse en cualquiera de esas áreas.
Un ave y una hormiga sun muy diferentes. Es muy evidente la diferencia en tamaño, forma y cualidades, pero me refiero más al ecosistema.
Hay una frase que dice que “a las aves las alimenta Dios", y tiene que ser muy cierta, porque si no lo hace Dios morirían de hambre seguro. No recuerdo que en alguna fotografía de algún nido, en el que se haya visto un almacén al lado. También es fácil ver lo que hace un ave, cuando las cosas se ponen difíciles se van a otro lugar, ¿por qué? Principalmente porque pueden, pero también porque no han almacenado, no han hecho reservas, y porque no han construido nada que les proteja (ni les ate). Pican una fruta, y si no les gusta pican otra.
Por esa misma razón, las aves tienen una enorme facilidad para entrar en la lista de animales en peligro de extinción (salvo tal vez algunas palomas que se han adaptado en parques y han encontrado nidos y aprendido a hacer marketing para que los humanos les alimenten), pero las hormigas en cambio, lejos de extinguirse crecen, aumentan su población, sus territorios y sus almacenes.
En el mercado tenemos de todas las especies. Hay hormigas y aves.
En épocas como la actual, donde el mundo entero se debate en teorías económicas y empresariales, algunas empresas y evidentemente sus directores y presidentes, se convierten en aves. ¿Por qué? Porque no se prepararon, porque no hay nada en el almacén, ni siquiera ideas.
Cuando por falta de previsión, la empresa va mal, entonces deciden entrar en un nuevo campo. La primera pregunta razonable es que si no pueden sobrellevar la situación en el campo que conocen, por qué creerán que pueden en uno que no conocen. La respuesta es muy simple, porque “picotear” es fácil.
Hacer una consultoría es muy fácil. Es increíblemente fácil. Cuando alguien, y mejor aún si es alguien que conoces, como un cliente, un amigo, te pide una consultoría, entonces le dices que sí, buscas unos días (los extraes de los recursos actuales), lo cobras, y luego dices: “esto podría resultar”. Lo dicho, hacer una consultoría es fácil.
Hacer software es muy fácil. Es apasionantemente fácil. Tienes una necesidad, y en vez de comprar la cara herramienta comercial, entonces decides programar una, de hecho será mejor, pues la haces a tu medida. Conoces a un amigo, hacen el programa los fines de semana y como es tu colega te cobra muy barato. Tienes una aplicación por el tercio del precio, y adaptada a tus necesidades.
Dar formación es muy fácil. En realidad mucho más fácil. Ese día que te lo pidieron, te pones al frente, lo explicas, haces los ejercicios del libro que compraste la semana pasada, y sobrevives al evento. Cobras. Y ahora, pues podrías dar formación, no salió mal la primera vez.
Pasa un par de meses…
La empresa donde hiciste la consultoría decide implantar una metodología y quiere saber cómo afectará a las propuestas ya hechas. El software que has creado debe adaptarse al nuevo Sistema Operativo que se va a implantar, y es necesario que tu software supere una prueba de seguridad y se adapte a CMMI nivel 3 ¿sigue disponible tu colega? Finalmente, la empresa donde has impartido la formación quiere dos cosas, que se adapte la formación al ISO que están implantando y que se diseñe un plan de habilidades para los empleados entendiendo qué partes de conocimiento faltan y cómo se debe desarrollar el plan.
¿Qué haces? ¿vuelas? ¿sabes migrar?
Esos clientes, ¿seguirán siendo tus clientes? ¿Te culparán? ¿Hablarán mal de ti?
La teoría del “picoteo” se refiere a esas empresas y personas que en un momento determinado “picotean” de lo que hay a su alrededor. ¿Cuál es la consecuencia? Te conviertes en un ave, y pones en peligro tu empresa y el área donde trabajas. Pero también hay daños colaterales: las empresas donde picoteaste y el área en donde lo haces.
Una empresa que permite que un “picoteador” (la teoría del “picoteo” define un “picoteador” como el protagonista de dicha actividad, y quien ejerce dicho rol) entre en su plan y tome acción, está exponiéndose, como mínimo al impacto del picoteo, pero bastante más, tanto como lo que se ha picoteado, y puesto en un gráfico sobre el eje del tiempo.
El mercado también se reciente, si estamos ante el caso del software, ahora las empresas que de forma seria mantienen, gestionan y desarrollan software han podido sentir un “picoteo” en su ambiente. Algunas veces puede ser muy pequeño, pero si el “picotazo” se hace en una empresa relevante del sector y encima recibe algo de publicidad, las consecuencias son también proporcionales a la publicidad sobre el eje del tiempo.
Finalmente, la responsabilidad se divide en tres partes, en las tres partes actuantes:
- Evitar ser un “picoteador”. Si las cosas no van bien, hay que crear un plan y esforzarse en el campo que conoces. Si las cosas van bien, entonces crecer en áreas afines (ver la teoría de Nachos Supreme). Cuidado, la lista de especies en extinción crece todos los años. Piensa, ¿qué valor se aporta así? Llegarás a ser conocido(a) como ...
- Evitar dejar entrar a los “picoteadores”, ojo a lo que puede hacer en tu empresa. Al inicio parecerá que estás ahorrando, pero a medio y largo plazo pierdes, y cuidado con lo que pierdes.
- El mercado, la industria debe esforzarse por mantener un nivel de profesionalismo y aunque no es posible evitar los “picoteadores” (ni siquiera en sectores colegiados como la medicina), procurar mantenerse a la altura para evitar males mayores.
La teoría del “picoteo” es para evitarla. Propone el peligro que hay en “picotear” y en dejar que “picoteen” en tu almacén.
Un ave y una hormiga sun muy diferentes. Es muy evidente la diferencia en tamaño, forma y cualidades, pero me refiero más al ecosistema.
Hay una frase que dice que “a las aves las alimenta Dios", y tiene que ser muy cierta, porque si no lo hace Dios morirían de hambre seguro. No recuerdo que en alguna fotografía de algún nido, en el que se haya visto un almacén al lado. También es fácil ver lo que hace un ave, cuando las cosas se ponen difíciles se van a otro lugar, ¿por qué? Principalmente porque pueden, pero también porque no han almacenado, no han hecho reservas, y porque no han construido nada que les proteja (ni les ate). Pican una fruta, y si no les gusta pican otra.
Por esa misma razón, las aves tienen una enorme facilidad para entrar en la lista de animales en peligro de extinción (salvo tal vez algunas palomas que se han adaptado en parques y han encontrado nidos y aprendido a hacer marketing para que los humanos les alimenten), pero las hormigas en cambio, lejos de extinguirse crecen, aumentan su población, sus territorios y sus almacenes.
En el mercado tenemos de todas las especies. Hay hormigas y aves.
En épocas como la actual, donde el mundo entero se debate en teorías económicas y empresariales, algunas empresas y evidentemente sus directores y presidentes, se convierten en aves. ¿Por qué? Porque no se prepararon, porque no hay nada en el almacén, ni siquiera ideas.
Cuando por falta de previsión, la empresa va mal, entonces deciden entrar en un nuevo campo. La primera pregunta razonable es que si no pueden sobrellevar la situación en el campo que conocen, por qué creerán que pueden en uno que no conocen. La respuesta es muy simple, porque “picotear” es fácil.
Hacer una consultoría es muy fácil. Es increíblemente fácil. Cuando alguien, y mejor aún si es alguien que conoces, como un cliente, un amigo, te pide una consultoría, entonces le dices que sí, buscas unos días (los extraes de los recursos actuales), lo cobras, y luego dices: “esto podría resultar”. Lo dicho, hacer una consultoría es fácil.
Hacer software es muy fácil. Es apasionantemente fácil. Tienes una necesidad, y en vez de comprar la cara herramienta comercial, entonces decides programar una, de hecho será mejor, pues la haces a tu medida. Conoces a un amigo, hacen el programa los fines de semana y como es tu colega te cobra muy barato. Tienes una aplicación por el tercio del precio, y adaptada a tus necesidades.
Dar formación es muy fácil. En realidad mucho más fácil. Ese día que te lo pidieron, te pones al frente, lo explicas, haces los ejercicios del libro que compraste la semana pasada, y sobrevives al evento. Cobras. Y ahora, pues podrías dar formación, no salió mal la primera vez.
Pasa un par de meses…
La empresa donde hiciste la consultoría decide implantar una metodología y quiere saber cómo afectará a las propuestas ya hechas. El software que has creado debe adaptarse al nuevo Sistema Operativo que se va a implantar, y es necesario que tu software supere una prueba de seguridad y se adapte a CMMI nivel 3 ¿sigue disponible tu colega? Finalmente, la empresa donde has impartido la formación quiere dos cosas, que se adapte la formación al ISO que están implantando y que se diseñe un plan de habilidades para los empleados entendiendo qué partes de conocimiento faltan y cómo se debe desarrollar el plan.
¿Qué haces? ¿vuelas? ¿sabes migrar?
Esos clientes, ¿seguirán siendo tus clientes? ¿Te culparán? ¿Hablarán mal de ti?
La teoría del “picoteo” se refiere a esas empresas y personas que en un momento determinado “picotean” de lo que hay a su alrededor. ¿Cuál es la consecuencia? Te conviertes en un ave, y pones en peligro tu empresa y el área donde trabajas. Pero también hay daños colaterales: las empresas donde picoteaste y el área en donde lo haces.
Una empresa que permite que un “picoteador” (la teoría del “picoteo” define un “picoteador” como el protagonista de dicha actividad, y quien ejerce dicho rol) entre en su plan y tome acción, está exponiéndose, como mínimo al impacto del picoteo, pero bastante más, tanto como lo que se ha picoteado, y puesto en un gráfico sobre el eje del tiempo.
El mercado también se reciente, si estamos ante el caso del software, ahora las empresas que de forma seria mantienen, gestionan y desarrollan software han podido sentir un “picoteo” en su ambiente. Algunas veces puede ser muy pequeño, pero si el “picotazo” se hace en una empresa relevante del sector y encima recibe algo de publicidad, las consecuencias son también proporcionales a la publicidad sobre el eje del tiempo.
Finalmente, la responsabilidad se divide en tres partes, en las tres partes actuantes:
- Evitar ser un “picoteador”. Si las cosas no van bien, hay que crear un plan y esforzarse en el campo que conoces. Si las cosas van bien, entonces crecer en áreas afines (ver la teoría de Nachos Supreme). Cuidado, la lista de especies en extinción crece todos los años. Piensa, ¿qué valor se aporta así? Llegarás a ser conocido(a) como ...
- Evitar dejar entrar a los “picoteadores”, ojo a lo que puede hacer en tu empresa. Al inicio parecerá que estás ahorrando, pero a medio y largo plazo pierdes, y cuidado con lo que pierdes.
- El mercado, la industria debe esforzarse por mantener un nivel de profesionalismo y aunque no es posible evitar los “picoteadores” (ni siquiera en sectores colegiados como la medicina), procurar mantenerse a la altura para evitar males mayores.
La teoría del “picoteo” es para evitarla. Propone el peligro que hay en “picotear” y en dejar que “picoteen” en tu almacén.
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