El líder del futuro en Twitter
Escuchando un mensaje de Daisy Wademan, Directora Ejecutiva de Morgan Stanley, respecto de cómo sería el líder del futuro, ella mencionaba que el nuevo líder necesitará adaptarse al nuevo mundo también.
Ese nuevo mundo está caracterizado por el uso de las nuevas tecnologías y el trabajo remoto. Será necesario poder trabajar y colaborar con personas que están en cualquier parte del mundo, y aquí las redes sociales juegan un papel importante. En ese sentido, no es posible imaginar un líder sin una cuenta en LinkedIn, y sin una cuenta de Twitter.
Estoy muy de acuerdo, no solo porque yo he creado mis perfiles, sino porque no hay duda que un líder además debe tener la capacidad de adaptarse e innovar. Cómo vamos a imaginarnos a un Directivo, a quien se supone que nos enseña y promueve la cultura empresarial, sin hacer uso de la tecnología. Aunque tal parece que los directivos españoles no lo llevan bien, sólo Florentino Pérez tiene perfil en las redes sociales.
Tal vez estamos frente a un cambio de generación, no solo en el ámbito tecnológico, sino de líderes también.
Hola Marlon, pienso que estamos en un mundo en el que además cada vez harán falta más líderes y, en general, más profesionales con habilidades "blandas". Creo que el papel del técnico o el tecnólogo se irá especializando y reduciendo: la tecnología es tanta y cambia tan rápido que no cada vez abarcamos menos, al tiempo que cada vez es más importante el saber dónde obtener la información, más que poseer la información en sí misma.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, el lider del futuro tendrá twitter. La duda está en cómo lo utilizará. No acabo de ver a una presidenta de gobierno o al de una gran multinacional escribiendo sus twits, leyendo los que los demás le dirijan y respondiendo adecuada y personalmente. Y, sin embargo, si no lo hace personalmente, si se lo manejan, pierde gran parte de su interés para mi.
ResponderEliminarconcuerdo en que si no son ellos pierde mucho interés. Me ha pasado de seguir a alguien y cambiar de opinión, no solo en seguirlo sino también en el alguien. Veremos que nos trae el futuro
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